Los niños autistas suelen tener un procesamiento auditivo atípico, como hipersensibilidad -dolor o incomodidad con el sonido- e hiperactividad -oír los sonidos demasiado bien o demasiado alto-. Para manejar estas percepciones incómodas, pueden retraerse, desvincularse de su mundo auditivo o producir sonidos que su sistema puede manejar: la autoestimulación auditiva. Los comportamientos de los niños autistas incluyen: taparse los oídos, huir de un sonido, llorar, rabietas, comportamientos autolesivos, desconectarse o retraerse. Su trastorno del lenguaje puede deberse, en parte, a una mala sincronización con y entre las regiones corticales de procesamiento del lenguaje. (Mack, 2007)
4 Según Martha Mack, fundadora del Centro Escucha y Aprende, los resultados Tomatis en los niños autistas incluyen una sensibilidad normalizada al sonido, una menor defensividad táctil, una mayor tolerancia a las diferentes texturas de la comida, la ropa, etc.; una mayor atención a la agudeza visual y a los estímulos auditivos. El desarrollo del lenguaje puede incluir una mejora de la comprensión y el habla y una mayor experimentación con la propia voz, una mayor longitud y complejidad de las frases y un mayor deseo de comunicarse. El comportamiento social puede incluir un aumento de las interacciones positivas con los demás, mayor afecto y disposición a estar cerca de la gente. Inicio más frecuente del contacto y la comunicación; mejor contacto visual y menos agresividad en las interacciones. El cambio positivo en el bienestar personal puede incluir una mayor flexibilidad en las rutinas.